Las anomalías en el hueso del talón o calcáneo son más frecuentes en mujeres, personas obesas y mayores de 40 años, y se caracterizan por generar gran dolor e incluso incapacidad para permanecer de pie y caminar.
El síntoma primario de la fascitis plantar es el dolor localizado específicamente en el área de carga de peso del talón. Comúnmente es más severo durante los primeros pasos al levantarse de la cama, disminuye en cierta medida con la actividad por la distensión de la fascia, y reaparece de nuevo tras un periodo de descanso. Rara vez hay inflamación visible, enrojecimiento, u otros cambios aparentes en la piel. Es frecuente entre personas que practican deportes, individuos con sobrepeso, personas con arco elevado o pie plano, y a menudo son mujeres con pies largos y estrechos.
¿Qué hacer?
Reposo : Utilice el dolor como guía. Disminuya su actividad o ejercicio.
Hielo: El masaje con hielo, preferiblemente un par de veces al día o al menos una vez al final del día. Se puede llenar una pequeña botella de plástico con agua y congelarla. Hacer rodar el talón y el arco del pie sobre la botella durante unos 20 minutos proporciona masaje, estiramiento y frío.
Fisioterapia: La fisioterapia puede ser útil, pero por su alto costo y gasto de tiempo, se emplea generalmente cuando han fracasado otros métodos de tratamiento. El objetivo inicial de la terapia física es disminuir la inflamación. Más tarde, se pueden potenciar los pequeños músculos del pie para que presten soporte a la fascia plantar debilitada.
Calzado: Los calzados con tacón blando y amplio, y con suela relativamente rígida proporcionan la máxima comodidad y protección. El calzado deportivo es recomendable.
¿Qué pasa si después de seguir estos consejos el dolor persiste?
Pese a los cuidados caseros es muy probable que dolor y molestias persistan, así que es mejor decisión acudir al médico ortopedista para que realice una evaluación del pie en la que incluirá auscultación de la extremidad afectada, observación de la forma de caminar del paciente y estudio de la suela de los zapatos para detectar a través de su desgaste posibles problemas al andar. Asimismo, el especialista solicitará la realización de radiografías y posiblemente algunas pruebas de laboratorio.
Para el comentario nos apoyamos en la revista especializada: Deporte y Salud.
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