sábado, 17 de marzo de 2007

¿QUÉ ES LA EPO? ¿PRODUCE ALGÚN DAÑO A QUIEN LA CONSUME?

La EPO Es utilizada por atletas en todo el mundo, pero en la mayoría de los casos no aparece en el control antidóping. En el 2006, se detectaron 41 casos de dopaje en el atletismo, pero sólo uno fue de esta droga, que para muchos es la más usada por los deportistas. Conozca las ventajas que otorga esta droga, además de los efectos secundarios que puede causar.

La EPO o eritropoyetina es una hormona que los músculos dispongan de más oxígeno para el mantenimiento de la intensidad en los esfuerzos durante un mayor período de tiempo, logrando el retraso de la aparición de la fatiga.

Traducción: La EPO permite que los deportista mantengan un esfuerzo físico por más tiempo.

¿En que deportes es donde más se utiliza? En el atletismo. Las largas maratones, como el ciclismo, o diferentes disciplinas obligan a los deportistas a un desgaste mayor. Pero no muchos pueden mantener ese desgaste.

Según un informe entregado por la Federación Internacional de Atletismo, en el 2006 hubo 41 casos de dopingo positivo. Entre los más detectados fue la marihuana, que más que una ayuda en la competencia, es utilizada para relajar músculos.

Lo extraño del informe es que se hace mención a una droga muy utilizada en estos últimos tiempos. La droga es EPO, pero sólo fue detectada en un caso.

La eritropoyetina es muy difícil de detectar por los controles mundiales de antidoping. Entre los casos más significativos de los últimos tiempos, Lance Armstrong, multicampeón del Tour de France, siempre estuvo sospechado de haber injerido esta sustancia.


Otra que cayó en las “sucias manos del EPO” fue Marion Jones, encontrada con esta droga, que le provocó la pérdida de su record.

Veamos que más sabemos acerca de esta sustancia

La EPO se produce de manera natural en el riñón y su producción normal se ve afectada de manera positiva cuando se reduce la presión de oxígeno en los tejidos, por lo que la producción de EPO de nuestro organismo se incrementa cuando aparecen menos glóbulos rojos en sangre, o cuando el aire respirado contiene poca densidad de oxígeno.

Por tanto, la mejor forma de conseguir una elevada producción de EPO en un organismo sería el trasladarse a un lugar elevado sobre el nivel del mar. Esta práctica es utilizada por numerosos deportistas que deciden preparar sus competiciones en lugares elevados, bajo la esperanza de incrementar su volumen de EPO.

Sin embargo, la EPO está de triste actualidad por la utilización que de ella se está haciendo de manera fraudulenta mediante una ingesta artificial, para retrasar la fatiga y lograr mantener los esfuerzos en el tiempo.

Lo que muchos deportistas no saben es que tiene efectos secundarios. El consumo puede elevar la concentración de glóbulos rojos en sangre, pudiendo pasar de un 40 a un 70 por ciento. Con ello se aumenta la densidad de la sangre de manera considerable, y, entonces, el corazón debe aumentar sus esfuerzos para ser capaz de bombear una sangre mucha más densa de lo que acostumbra. Y ese sobreesfuerzo del corazón puede desembocar, como ya ha ocurrido, en problemas del sistema cardiovascular, pudiendo llegar a provocar la muerte.

En otras palabras. Si se abusa de su uso, todo puede terminar en manos del forense.

La pregunta del millón es: ¿qué están haciendo las autoridades para acabar con este fenómeno?

Las autoridades competentes del deporte están persiguiendo con fuerza el consumo de EPO.

Sin embargo, se encuentran con el problema de que la vida media de la droga en sangre es de apenas 24 horas, por lo que se hace totalmente indetectable después de dos días de su consumo. Por ello, se están instaurando los controles de EPO por sorpresa (un ejemplo claro de este sistema de detección es el de los “vampiros” en el ciclismo, llamados así porque aparecen en los hoteles de los equipos ciclistas en la mitad de la noche para tomar muestras de sangre por sorpresa).

El 2006 terminó con pocos casos de esta droga, pero los pocos que salieron a la luz fueron muy importantes y rutilantes, por los nombres de los que cayeron en las manos de la EPO.

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